Entre la mudanza, cambio de compañía telefónica y la falta de internet, estuve completamente desconectada.
Si bien ya estamos mudados, hay mucho por hacer día a día. Mi falta de conectividad terminó siendo provechosa en términos de ordenar la casa, pero aún falta.
Como comenté en mi post anterior, estuvimos bien ocupados con los temas familiares, y no quedaba mucho tiempo para dedicarle al nuevo hogar. Los tiempos siguen estrechos, pero de a poco vamos avanzando. Decidimos ir más lento, pero tranquilos. Todo se trata de encontrar el lugar justo para cada cosa. En la cocina, por ejemplo, ya cambié tres veces el lugar de guardado de las cosas, buscando mi mayor comodidad a la hora de cocinar.
Las mudanzas no tienen por qué ser fáciles ni rápidas. A veces es mejor tomarnos el tiempo necesario para encontrarnos más cómodos en nuestro hogar.
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